Tal y como reflejan los resultados de una encuesta (http://diariodeavisos.elespanol.com/2017/02/592-los-laguneros-favor-cambio-ayuntamiento/) elaborada recientemente por la Universidad de La Laguna (a petición de los grupos políticos Unid@ se puede y XTF-NC), el desempleo y los graves problemas de aparcamiento parecen ser los problemas más acuciantes para los ciudadanos y ciudadanas en este primer cuarto del S. XXI.
Si esto es así, la solución a estos problemas deberían marcar las agendas de nuestra clase política por encima de otras cuestiones que son percibidas como menos importantes por la población.
Soluciones que de alguna forma tienen una raíz común y que no es otra que la obsolescencia de un modelo económico que ha generado graves problemas de sostenibilidad, desigualdad social y constantes daños al medioambiente.
El actual modelo de transporte urbano basado en el coche particular, está generado multitud de inconvenientes para la vida de las personas, entre los que destacan la contaminación del aire, el consumo excesivo de energía, los efectos sobre la salud de la población o la saturación de las vías de circulación y el colapso de calles y carreteras. Todo ello ha dado lugar a una visión muy negativa por parte de la la población de La Laguna del actual modelo de movilidad y de la gestión política del mismo.
Si se quiere buscar soluciones a los problemas reales de la ciudad, las políticas para potenciar una movilidad sostenible y resolver los problemas de aparcamiento se deben mejorar la integración social de los ciudadanos aportando una accesibilidad más universal, con ello se genera un incremento de la calidad al no comprometer las condiciones de salud y se aporta más seguridad en los desplazamientos.
El uso de la bicicleta contribuye indudablemente en la solución a estos asuntos percibidos por la población de La Laguna como muy graves. La bicicleta recupera la ciudad para la gente y la hace más amigable, fomentando un cambio continuado del coche a la bici, al caminar y a otros modos sostenibles, donde los niños y las niñas son los protagonistas y beneficiarios de este cambio. La bicicleta hace de La Laguna una ciudad segura.
Todo ello implica un nuevo espacio para la creación de empleo de calidad y el desarrollo económico inteligente en el que se preserve la calidad de vida y el respeto al medio ambiente.
¿Estará nuestra clase política lagunera a la altura de estos retos?
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