El placer de viajar en bici III: Canadá

César Gutiérrez de Salamanca
10 de octubre de 2016

         National Geographic, en su libro “Journeys of a Lifetime”, la consideró la mejor del mundopara la bicicleta: la ruta verde canadiense. Estos 5.000 kilómetros de carril bici atraviesan la provincia de Quebec. Su página web
(routeverte.com) permite planificar un itinerario a medida. En ella se encuentran mapas detallados de todos los tramos, elenco de todos los alojamientos adaptados para la bicicleta y relación de tiendas especializadas para todo tipo de necesidades del cicloturista.

         La riqueza de la route verte consiste en la posibilidad de combinar lo mejor de las grandes urbes con las bellezas de una Naturaleza exuberante. Dado que los principales vuelos directos a esta región desde España llegan a Montreal, proponemos una ruta circular partiendo de esta ciudad. Montreal es en sí misma un gran atractivo para la bicicleta. Cuenta con una extensa red de carriles bici perfectamente señalizados. Tanto es así, que saltarse la señalización es motivo de multa. Un inconveniente perfectamente aceptable teniendo en cuenta las ventajas de poder llegar en bici a todas las islas que componen la ciudad.

         De allí, salimos en dirección norte para recorrer los bosques y lagos del Parque Nacional Mont Tremblant. El inconveniente de los parques canadienses es que cobran por día de estancia y que las parcelas de los camping reservadas para cicloturistas son pocas. Mont Tremblant ofrece la posibilidad de disfrutar de numerosas pistas para bicicleta de montaña y de hacer un recorrido lineal, entrando por el norte y saliendo por el sureste, siguiendo la ruta verde en dirección a Quebec (su barrio antiguo es visita obligada) y a los demás parques naturales de la región (sepaq.com).

         Entre éstos, hay que destacar el Jacques-Cartier (ideal para descansar las piernas con unos días de kayak por su río) y el de Saguenay (que, con un poco de suerte, premiará la rodada por su fiordo con el avistamiento de ballenas). Desde aquí se puede cruzar hacia la margen sur del río Saint Laurent para emprender el regreso hacia Montreal. La ruta verde en esta ribera se vuelve más llana. Así que las piernas llegarán más ligeras para disfrutar de los suaves trekking del Parque Nacional del Mont-Saint-Bruno antes de reentrar en la ciudad.

Próxima entrega:

El placer de viajar en bici IV: El camino de Santiago

No hay comentarios:

Publicar un comentario